La versión de Dury sobre la obra homónima de Stravinsky explora el inicio del cortejo y la conquista amorosa desde una construcción coral que incide en los aspectos rítmicos mediante complejos movimientos grupales.
La energía del movimiento, la llamada de lo terrenal, la sorpresa, el reto y los celos son ideas inspiradoras de la obra y un reto para sus intérpretes: afrontar una partitura universal y responder a las exigencias coreográficas, torbellinos de movimiento, gestos y pasos de gran intensidad y carga emocional.